Si hace un año hablábamos de cómo los chips de NVIDIA o las TPU de Google eran el «cerebro» de la revolución tecnológica, hoy, a finales de diciembre de 2025, nos hemos dado cuenta de que un cerebro sin memoria no puede pensar. 

La inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una promesa de futuro a convertirse en una fuerza que, paradójicamente, está ralentizando su propio crecimiento debido a una crisis de suministros sin precedentes en el sector de las memorias.

Vamos a explorar por qué tu próximo móvil o el ordenador que tienes en la cesta de la compra están subiendo de precio y qué papel juega China en este tablero de ajedrez tecnológico hasta 2030.

El gran culpable: El hambre insaciable de la HBM

Para que modelos como GPT-5 o las nuevas IA generativas de vídeo funcionen, no basta con procesadores rápidos. Necesitan lo que llamamos HBM (High Bandwidth Memory) o memoria de alto ancho de banda.

¿Cuál es el problema? Que fabricar un gigabyte de HBM consume tres veces más capacidad de oblea de silicio que la memoria RAM convencional (DRAM) que usa tu PC. 

Los tres grandes gigantes que controlan el 90% del mercado (Samsung, SK Hynix y Micron) han tomado una decisión puramente económica: priorizar la IA porque deja mucho más margen de beneficio

Esto ha dejado a los consumidores tradicionales en la estacada, provocando que la IA consuma ya el 20% de toda la capacidad mundial de obleas de memoria a finales de este 2025.

Diciembre 2025: ¿Estamos ante la «Crisis de la RAM»?

Si has intentado ampliar la memoria de tu equipo recientemente, habrás notado que los precios están por las nubes. Los datos de este mes de diciembre son alarmantes:

  • Inventarios bajo mínimos: Los proveedores han pasado de tener stock para 17 semanas a tener apenas entre 2 y 4 semanas de inventario.
  • Precios duplicados: En mercados como Japón, el precio de los módulos DDR5 se ha más que duplicado desde principios de año. En algunos barrios tecnológicos como Akihabara, incluso se han impuesto límites de compra para evitar el acaparamiento.
  • Micron dice adiós: En un movimiento histórico, Micron ha decidido retirar su famosa marca de consumo «Crucial» para centrarse exclusivamente en la demanda de IA para empresas.

Esto no es solo un bache pasajero; es un cambio estructural. Lo que antes era una industria cíclica se ha convertido en un giro permanente hacia la infraestructura de datos.

El impacto en tu bolsillo: ¿Qué pasará en 2026?

Si estás pensando en renovar tus dispositivos el año que viene, prepárate. La escasez de componentes no solo afecta a los servidores de Google o Microsoft, sino que se está filtrando a todo lo que lleve un chip.

  • Móviles más caros: Marcas como Xiaomi o Realme ya advierten de subidas de precio de entre el 20% y el 30% para mediados de 2026. La memoria ya representa el 20% del coste total de fabricación de un smartphone.
  • El dilema de los «AI PCs«: La nueva generación de ordenadores diseñados para ejecutar IA localmente requiere al menos 16GB o incluso 32GB de RAM de serie. Con los precios actuales, esto podría frenar su adopción masiva y encarecer los equipos entre un 4% y un 8% adicional.

¿Habrá sorpresas desde China? El Plan 2026-2030

Aquí es donde la historia se pone interesante. China, consciente de las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos, ha pisado el acelerador en su búsqueda de autosuficiencia.

Aunque sus chips actuales (como los Ascend de Huawei) todavía están por detrás de los de NVIDIA en rendimiento puro, su nuevo Plan Quinquenal 2026-2030 tiene objetivos muy ambiciosos:

  • Dominio en capacidad: Se proyecta que para 2030, China podría controlar el 60% de la capacidad de producción mundial de DRAM y el 50% de la de NAND Flash.
  • HBM «Made in China»: Empresas como YMTC ya están trabajando en su propia memoria HBM para competir globalmente. Si logran avances en litografía y equipos propios, podrían inundar el mercado con memorias más baratas, aliviando la escasez global hacia finales de la década.

Sin embargo, el reto del talento y las restricciones tecnológicas siguen siendo piedras en el camino que podrían retrasar estos planes.

Mirando al 2030: Luces y sombras

A pesar del caos actual, hay motivos para el optimismo moderado. Se espera que para 2026 llegue la memoria LPDDR6, que reducirá el consumo energético a la mitad, algo vital para que nuestros móviles procesen IA sin agotar la batería en dos horas.

Pero no nos engañemos: la escasez de memoria probablemente persistirá hasta finales de 2027, cuando las nuevas fábricas que se están construyendo ahora mismo entren finalmente en funcionamiento.

El mercado de semiconductores superará el billón de dólares para 2030, pero el camino estará lleno de presiones inflacionistas y retrasos en proyectos de infraestructura.

La ironía de la innovación

Estamos viviendo un momento histórico donde la IA es el motor que tira del carro, pero también el lastre que lo frena. Es fascinante pensar que la misma tecnología que nos permite crear arte o curar enfermedades sea la responsable de que comprar un ordenador básico sea hoy un lujo.

Como siempre decimos en ComunicaGenia, el hardware es el cuerpo y el software es el alma. Y ahora mismo, el alma de la IA está pidiendo un cuerpo (y una memoria) que el mundo todavía está luchando por construir.