La inteligencia artificial ha capturado la imaginación del mundo con avances impresionantes, desde la aparición de modelos generativos como ChatGPT hasta la promesa de automatizar tareas complejas en sectores clave.

Recientemente, un nuevo actor ha irrumpido con fuerza: los agentes de IA. Empresas como HubSpot, Salesforce y Microsoft han presentado sus nuevas soluciones basadas en estos agentes, prometiendo revolucionar la gestión de tareas y flujos de trabajo.

Pero, ¿realmente estamos ante una tecnología disruptiva o simplemente viviendo un nuevo ciclo de exageración tecnológica (hype)?

¿Qué son los agentes de IA?

Los agentes de IA (IA Agents) son sistemas diseñados para llevar a cabo tareas de forma autónoma, sin la necesidad de recibir constantemente indicaciones por parte de los usuarios.

A diferencia de los modelos de IA generativa, que requieren de prompts continuos para generar respuestas o contenido, los agentes de IA tienen la capacidad de ejecutar acciones de manera automática, gestionando varias etapas de un proceso de forma simultánea o secuencial.

En esencia, pueden ser vistos como “empleados” que no solo realizan tareas repetitivas, sino que también pueden aprender y adaptarse a las circunstancias.

Por ejemplo, un agente de IA en una empresa de telecomunicaciones podría gestionar automáticamente una solicitud de soporte al cliente.

Desde la categorización de la consulta, pasando por la verificación de datos del cliente, hasta la resolución del problema o la asignación de un técnico, el agente podría llevar a cabo todas estas acciones sin intervención humana.

La promesa de los agentes de IA

La aparición de estos agentes ha venido acompañada de grandes expectativas.

Durante el evento Inbound de HubSpot, su CTO, Dharmesh Shah, imaginó un futuro donde habría un agente de IA para cada tarea posible en marketing, ventas y atención al cliente, sugiriendo que podría ser tan disruptivo como la llegada de las apps móviles.

De hecho, la visión de Shah resuena con la idea de que los agentes de IA no solo ejecutarán tareas existentes, sino que también crearán nuevos agentes para tareas que aún no podemos imaginar.

La visión empresarial es clara: automatizar flujos de trabajo, mejorar la productividad y reducir la necesidad de intervención humana en procesos cotidianos.

En lugar de tener empleados dedicados a responder consultas sencillas, manejar bases de datos o realizar ventas iniciales, los agentes de IA asumirían gran parte de este trabajo, permitiendo a los empleados concentrarse en tareas más estratégicas.

¿Hype o realidad?

A pesar de las promesas, no todos están convencidos de que los agentes de IA vayan a cumplir con estas expectativas.

Algunas voces críticas, como las expresadas por Tegan Jones en su reciente artículo “Is the AI Agent Hype Just Gen AI All Over Again?”, señalan que el entusiasmo desbordado por la IA generativa ha dado paso a una realidad menos espectacular.

Aunque la IA generativa ciertamente ha transformado aspectos del trabajo y la comunicación, la realidad ha demostrado que no es la solución mágica que algunos habían anticipado. Jones sugiere que algo similar podría estar ocurriendo con los agentes de IA.

Empresas como Microsoft, Salesforce y HubSpot están lanzando estos agentes al mercado con promesas ambiciosas, pero es posible que se estén sobredimensionando sus capacidades reales a corto plazo.

Si bien pueden ser útiles para automatizar tareas rutinarias y mejorar la productividad en áreas definidas, aún no está claro si podrán cumplir con las expectativas a largo plazo, especialmente cuando se trata de gestionar tareas más complejas que requieren juicio humano.

Los desafíos técnicos y éticos de los agentes de IA

Como cualquier tecnología emergente, los agentes de IA no están exentos de desafíos.

En su análisis más reciente, Cole Stryker de IBM destaca cuatro “crisis” que podrían limitar el desarrollo y adopción de esta tecnología: la crisis de datos, la crisis computacional, la crisis energética y la crisis de los casos de uso.

Estos factores representan obstáculos serios para la expansión y efectividad de los agentes de IA.

  • Crisis de datos: Los agentes de IA requieren enormes cantidades de datos para entrenarse. Sin embargo, las fuentes de datos son cada vez más restringidas por razones de privacidad y propiedad intelectual, lo que podría limitar el desarrollo de agentes que puedan trabajar en escenarios diversos.
  • Crisis computacional: El procesamiento de estos agentes requiere recursos computacionales significativos, lo que está llevando a una escasez de chips especializados, como los GPU, que son necesarios para entrenar modelos avanzados.
  • Crisis energética: Los modelos de IA actuales consumen grandes cantidades de energía, y la infraestructura energética global podría no estar preparada para soportar una adopción masiva de agentes de IA sin afectar el medio ambiente.
  • Crisis de casos de uso: Aunque los agentes de IA prometen transformar la empresa, aún no se han identificado aplicaciones que justifiquen plenamente las inversiones multimillonarias que las empresas están realizando en su desarrollo.

Estos obstáculos no son insuperables, pero requieren un enfoque pragmático y cuidadoso en su implementación.

¿Cuál es la realidad actual de los agentes de IA?

A pesar de los desafíos, los agentes de IA ya están demostrando ser útiles en ciertos contextos, como la atención al cliente, el marketing y las ventas.

Como señala Chris Hay, ingeniero distinguido de IBM, estamos en una fase de corrección tras la fiebre inicial por la IA generativa. Las empresas deben tener expectativas realistas sobre lo que los agentes de IA pueden lograr en este momento.

Es probable que veamos a los agentes de IA funcionar de manera efectiva en áreas bien definidas y controladas, donde los flujos de trabajo sean repetitivos y puedan automatizarse sin la intervención humana constante.

Sin embargo, en tareas más complejas que requieren juicio humano, la tecnología aún no está a la altura de reemplazar a las personas.

Además, los agentes de IA no operarán de forma aislada. Como explica Brent Smolinksi, también de IBM, los agentes de IA deben formar parte de una estrategia tecnológica más amplia, que combine múltiples tipos de modelos de IA y otras tecnologías para resolver problemas empresariales de manera efectiva.

No es solo cuestión de utilizar grandes modelos de lenguaje, sino de aprovechar un conjunto de herramientas más diverso y adaptado a cada situación específica.

Conclusión: Entre el hype y la realidad

Si bien estos agentes tienen el potencial de automatizar tareas repetitivas y aumentar la eficiencia, es importante no caer en el mismo ciclo de exageración que hemos visto con la IA generativa.

Las empresas deben adoptar un enfoque equilibrado y pragmático: identificar áreas donde los agentes de IA puedan tener un impacto real en su productividad y aplicar la tecnología de manera estratégica, sin esperar soluciones milagrosas.

En lugar de sucumbir al hype, es crucial evaluar de manera crítica los beneficios y limitaciones de esta tecnología en función de las necesidades específicas de cada organización.