Más de 400 destacados artistas británicos han alzado la voz para exigir mayores salvaguardas en la protección de sus derechos de autor frente al uso de obras protegidas en el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
En una carta dirigida al primer ministro Keir Starmer, figuras como Sir Elton John, Dua Lipa, Sir Paul McCartney, Coldplay e Ian McKellen respaldan una enmienda al Data (Use and Access) Bill que obligaría a las empresas de IA a revelar qué contenidos utilizan en sus conjuntos de datos.
La votación clave en la Cámara de los Lores está programada para el 12 de mayo de 2025, y marca un momento decisivo en el equilibrio entre innovación tecnológica y respeto al legado creativo.
La carta de los artistas y el Data (Use and Access) Bill
La misiva reúne las firmas de más de 400 creadores (músicos, actores y escritores) que subrayan su autoridad moral sobre sus obras.
Artistas de la talla de Dua Lipa, Sir Elton John, Sir Paul McCartney, Kate Bush, Robbie Williams y Sir Ian McKellen sensibilizan sobre la necesidad de preservar el valor cultural y económico de la creación artística.
El propósito no es frenar el avance de la IA, sino asegurar que su desarrollo respete el marco de derechos de autor y garantice una compensación justa.
El texto inicial del Data (Use and Access) Bill contemplaba un sistema de “opt-out”: las empresas de IA podrían entrenar sus modelos con obras protegidas, salvo que los autores expresaran su oposición de forma previa.
La enmienda impulsada por la Baroness Beeban Kidron propone, en cambio, un mecanismo de “opt-in” pasivo, donde los desarrolladores deben registrar y detallar los contenidos protegidos que emplean.
Este cambio busca facilitar la negociación de licencias y reforzar la rendición de cuentas, creando un mercado de licencias dinámico y transparente.
Debate parlamentario y posición del gobierno
El Ejecutivo de Keir Starmer ha mostrado reticencias a incorporar modificaciones sustanciales, argumentando la necesidad de equilibrar la protección de los creadores con el impulso a la innovación y la competitividad de las empresas británicas de IA.
La votación en la Cámara de los Lores del 12 de mayo definirá si se incorpora el requisito de transparencia o si prevalece el modelo de opt-out, considerado insuficiente por numerosos creadores y asociaciones.
Movimientos paralelos en Estados Unidos
En mayo de 2025, la oficina encargada del registro de derechos de autor de EE. UU. publicó un informe que cuestiona la aplicación automática de la doctrina de uso legítimo (“fair use”) al entrenamiento de IA con obras protegidas.
El documento advierte que el uso comercial de dichos materiales podría exceder los límites de uso legítimo, generando inseguridad jurídica para los creadores.
Iniciativas legislativas
En el Congreso norteamericano, el “Generative AI Copyright Disclosure Act” propone que las empresas de IA notifiquen con un mes de antelación al Registro de Copyright las obras empleadas en sus procesos de entrenamiento.
Por su parte, el “TRAIN Act” busca otorgar a los creadores acceso a los registros de entrenamiento, permitiéndoles verificar la inclusión de sus obras y negociar licencias o compensaciones.
Estas iniciativas reflejan un interés creciente en establecer estándares claros de transparencia y rendición de cuentas.
Transparencia y regulación en la Unión Europea
El Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, en vigor desde principios de 2025, obliga a los proveedores de modelos generativos a publicar resúmenes detallados de los datos de entrenamiento, incluyendo material protegido por derechos de autor.
Aunque el AI Act no clasifica expresamente a los sistemas generativos como “alto riesgo”, sí establece obligaciones de transparencia para aclarar el origen y la naturaleza de los datos utilizados.
Críticas y lagunas
Pese a sus avances, el AI Act ha recibido críticas por la ambigüedad en la definición de la excepción de text and data mining (TDM), que podría permitir la explotación masiva de contenidos sin compensación adecuada a sus creadores.
Además, el Código de Prácticas asociado ha sido tachado de débil por no garantizar mecanismos de licencia efectivamente vinculantes.
Manifestaciones artísticas y litigios
Álbum silencioso de protesta
En febrero de 2025, un colectivo de mil artistas lanzó un álbum de silencio de 47 minutos cuyos títulos de pista forman el mensaje: “The British Government must not legalise music theft to benefit AI companies”, lo que traducido sería: “El Gobierno británico no debe legalizar el robo de música para beneficiar a las empresas de IA”.
Las ventas se destinaron a la organización Help Musicians, como forma de presión simbólica y práctica ante el Parlamento británico.
Demandas contra plataformas de música generativa
En EE. UU., las grandes discográficas (Sony, Warner y Universal) presentaron demandas contra startups de música generativa que, según alegan, habrían utilizado grabaciones protegidas sin autorización para entrenar sus modelos.
Estos litigios subrayan el elevado riesgo económico y reputacional para las plataformas de IA que no cuenten con licencias claras.
Implicaciones económicas y culturales
El sector creativo del Reino Unido aporta más de £120 000 millones anuales a la economía. Un mecanismo de licencias justo no solo protegería estos ingresos, sino que fomentaría colaboraciones innovadoras entre creadores y desarrolladores de IA, reduciendo la incertidumbre jurídica y los litigios.
A su vez, los marcos de transparencia en EE. UU. y la UE podrían incentivar modelos de negocio basados en el licenciamiento, fortaleciendo un ecosistema de innovación responsable que reconozca el valor de la creatividad humana.
La movilización de más de 400 creadores británicos, unida a las iniciativas legislativas en Estados Unidos y la Unión Europea, señala un punto de inflexión en la regulación de la inteligencia artificial.
La votación en la Cámara de los Lores del 12 de mayo de 2025 definirá si el Reino Unido opta por un modelo de transparencia que respete los derechos económicos y morales de los autores o si continúa un sistema que favorece el acceso indiscriminado a obras protegidas.
Asimismo, el resultado servirá de referencia global para equilibrar la protección de la creatividad con el impulso tecnológico.