El pasado 25 de marzo de 2025, OpenAI anunció una actualización en las capacidades de generación de imágenes de ChatGPT, integrando el modelo GPT-4o (que hasta ahora se limitaba a generar texto).
Esta mejora permite a los usuarios no solo crear imágenes de alta calidad a partir de descripciones textuales, sino también editarlas de manera precisa y detallada.
Esta innovación ha dado lugar a una tendencia viral que ha captado la atención mundial: la transformación de imágenes al estilo de Studio Ghibli, el legendario estudio japonés de animación conocido por obras maestras como Mi Vecino Totoro o El Viaje de Chihiro.
También ha generado una intensa controversia sobre los derechos de autor, la ética y el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el arte. Exploremos lo que ha ocurrido.
Nuevas funciones de generación de imágenes en ChatGPT
La llegada del modelo GPT-4o marca un antes y un después en las capacidades de ChatGPT para la generación de imágenes.
Este modelo, que reemplaza al anterior DALL-E 3, está disponible inicialmente para los suscriptores Pro y Plus, aunque OpenAI planea extenderlo progresivamente a usuarios del plan gratuito y a los desarrolladores a través de su API.
Entre las mejoras más destacadas se encuentra la capacidad de generar imágenes más precisas y detalladas, así como de editar imágenes existentes, incluyendo fotografías con personas. Por ejemplo, los usuarios pueden añadir objetos en primer o segundo plano, ajustar colores o transformar completamente una imagen mediante instrucciones textuales.
¿GPT-4o es mejor que DALL-E 3?
Técnicamente, GPT-4o es ahora un modelo multimodal que combina texto e imágenes de forma más fluida que sus predecesores.
Mientras que DALL-E 3 se limitaba principalmente a crear imágenes a partir de prompts textuales, GPT-4o permite una interacción iterativa: los usuarios pueden modificar sus creaciones paso a paso, refinando detalles con una precisión sin precedentes
Esta funcionalidad se basa en un entrenamiento extenso con datos públicos y propietarios, incluyendo imágenes licenciadas de Shutterstock, lo que refleja un esfuerzo de OpenAI por respetar los derechos de los creadores.
Estas capacidades abren un abanico de posibilidades para la creación de contenido visual personalizado. Ý también para aficionados que experimentan con la edición de sus fotos personales, como ocurrió casi inmediatamente.
La tendencia viral de Studio Ghibli
Poco después del lanzamiento de esta actualización, los usuarios de ChatGPT comenzaron a explorar una aplicación creativa que rápidamente se volvió viral: transformar imágenes en el icónico estilo de Studio Ghibli.
Este estudio, fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata, es célebre por su estética única, que combina paletas de colores suaves, fondos exuberantes y una narrativa profundamente emocional.
Películas como La Princesa Mononoke o El Castillo Ambulante han establecido un estándar de excelencia en la animación, y ahora, gracias a la IA, cualquiera puede recrear esa magia.
En plataformas como X e Instagram, las imágenes generadas al estilo Ghibli han inundado las redes. Desde fotos de mascotas convertidas en personajes animados hasta reinterpretaciones de momentos históricos o incluso memes transformados en escenas bucólicas, la creatividad de los usuarios no tiene límites.
Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, se unió a la tendencia al cambiar su foto de perfil en X por una versión de sí mismo al estilo Ghibli, según reportó TechCrunch en 2025.
La popularidad ha sido tan abrumadora que OpenAI ha tenido que retrasar el acceso a esta función para los usuarios gratuitos debido a la alta demanda, que ha puesto a prueba la capacidad de sus servidores.
Studio Ghibli evoca recuerdos de infancia para millones de personas, y la posibilidad de integrar ese estilo en la vida cotidiana a través de la IA ha resonado profundamente con el público. Sin embargo, este fenómeno no ha estado exento de críticas y cuestionamientos.
La polémica sobre Derechos de Autor
El uso de ChatGPT para replicar el estilo de Studio Ghibli ha desatado un debate candente sobre los derechos de autor y la propiedad intelectual.
Aunque el estilo en sí no está protegido por copyright existe la sospecha de que GPT-4o haya sido entrenado con millones de fotogramas de películas de Studio Ghibli, material que sí está protegido.
Esto coloca a la tecnología en una zona legal gris: ¿es el entrenamiento de modelos de IA con obras protegidas una violación de derechos o cae bajo la doctrina de uso justo? Los tribunales aún no tienen una respuesta definitiva.
OpenAI ha intentado mitigar estas preocupaciones al afirmar que ChatGPT no replicará el estilo de artistas vivos individuales, permitiendo solo la emulación de estilos más amplios como el de Studio Ghibli.
Sin embargo, esta distinción es cuestionable, ya que el estilo del estudio está intrínsecamente ligado a la visión de creadores como Hayao Miyazaki, quien sigue vivo y activo.
Casos legales recientes en EEUU, como Andersen v. Stability AI, han sentado precedentes importantes.
Este juicio determinó que tanto las empresas que desarrollan IA como los usuarios finales podrían ser responsables de infracciones si se utilizan datos no licenciados o si las imágenes generadas violan derechos existentes.
Este escenario pone de relieve la urgente necesidad de un marco legal que regule el uso de la IA en la creación de contenido visual, un área donde la tecnología avanza mucho más rápido que la legislación.
“Un insulto a la vida misma” dice Miyazaki
Más allá de lo legal, la tendencia plantea dilemas éticos profundos. Hayao Miyazaki ha sido especialmente crítico con el arte generado por IA, describiéndolo como «un insulto a la vida misma» y cuestionando su valor creativo y autenticidad.
Para Miyazaki y otros artistas, la IA representa una amenaza potencial a los medios de vida de ilustradores y animadores, especialmente en un contexto donde el estilo de Studio Ghibli es un símbolo de excelencia artesanal.
El uso de la IA para imitar estilos sin consentimiento también puede interpretarse como una forma de apropiación cultural, particularmente cuando las imágenes generadas se viralizan sin reconocer la fuente original.
Esto también plantea preguntas sobre el equilibrio entre innovación tecnológica y respeto por la creatividad humana. ¿Es ético que una máquina replique el trabajo de décadas de un estudio sin su aprobación?
El futuro de esta tecnología dependerá de cómo se aborden estas cuestiones. Es imprescindible desarrollar un marco legal y ético que permita a la IA florecer sin socavar los derechos de los creadores ni la autenticidad del arte.