El panorama de la inteligencia artificial (IA) en Europa está a punto de experimentar un cambio trascendental.

El pasado 2 de febrero de 2025 no solo marcó el inicio de la aplicación de la tan debatida AI Act, una normativa que impone nuevas obligaciones y sanciones a quienes utilizan IA en el territorio europeo, sino que también coincide con el anuncio del lanzamiento de OpenEuroLLM.

Este ambicioso proyecto pretende revolucionar el sector mediante el desarrollo de modelos de lenguaje abiertos, multilingües y alineados con los valores europeos, demostrando que la innovación puede y debe coexistir con la regulación.

Un proyecto pionero en el corazón de Europa

OpenEuroLLM nace como respuesta a la necesidad de que Europa recupere el liderazgo en el ámbito de la inteligencia artificial.

Con una inversión total de 37,4 millones de euros –de los cuales 20,6 millones provienen del Programa Digital Europe–, se posiciona como el primer esfuerzo coordinado para crear una familia de modelos de lenguaje abiertos (LLM) capaces de cubrir todas las lenguas oficiales y futuras de la Unión Europea.

Este enfoque multilingüe es clave para una región tan diversa como Europa, donde la pluralidad lingüística ha sido tradicionalmente un reto para los modelos de IA predominantes, desarrollados mayoritariamente para el inglés u otros idiomas mayoritarios.

La Comisión Europea ha reconocido la relevancia de esta iniciativa al otorgarle el prestigioso STEP Seal, una marca de excelencia dentro de la plataforma Strategic Technologies for Europe (STEP).

¿Regulación e innovación en paralelo?

La coincidencia del anuncio de OpenEuroLLM con el inicio de la AI Act no es casualidad.

Mientras la nueva normativa impone a proveedores y usuarios de IA obligaciones como garantizar un nivel adecuado de alfabetización en IA, prevenir usos que puedan manipular o explotar a las personas y establecer mecanismos de gobernanza interna, OpenEuroLLM se erige como una apuesta por la innovación.

La AI Act busca mitigar los riesgos asociados al uso de la inteligencia artificial mediante sanciones que pueden alcanzar hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación global en casos de prácticas prohibidas.

Sin embargo, muchos críticos consideran que un enfoque excesivamente regulador podría frenar la innovación.

En este contexto, OpenEuroLLM se presenta como una alternativa que, sin eludir las exigencias de la normativa, fomenta la creatividad y la competitividad internacional.

Un modelo abierto para una Europa diversa

Con 27 estados miembros y más de 30 idiomas, el continente necesita soluciones que vayan más allá de los modelos de gran escala diseñados para mercados homogéneos.

OpenEuroLLM tiene como objetivo superar esta barrera mediante el desarrollo de un modelo capaz de operar en todas las lenguas oficiales y, en un futuro, en aquellas que se incorporen a la UE.

Esta característica no solo supone un avance técnico significativo, sino que también reafirma el compromiso de la iniciativa con valores fundamentales como la inclusión, la diversidad cultural y la autonomía digital.

Además, la posibilidad de que empresas y administraciones públicas personalicen estos modelos según sus necesidades abre un abanico de oportunidades en sectores tan variados como la educación, la salud, la administración pública y el comercio.

Colaboración y recursos de alto rendimiento

El éxito de OpenEuroLLM radica también en la colaboración de diversos actores clave del ecosistema europeo de la IA. Más de 20 instituciones de investigación, empresas tecnológicas y centros de supercomputación se han unido para impulsar este proyecto.

Entre ellos destacan Aleph Alpha de Alemania, CSC de Finlandia y Lights On de Francia, que aportan su experiencia y capacidad técnica.

El proyecto cuenta con el liderazgo de Jan Hajič, profesor de lingüística computacional en la Universidad de Carlos en Praga, y Peter Sarlin, cofundador de Silo AI.

Su experiencia y visión compartida sobre la necesidad de alinear el desarrollo tecnológico con los valores éticos y democráticos europeos son fundamentales.

Además, la utilización de supercomputadoras en infraestructuras europeas –como Mare Nostrum en España y Leonardo en Italia– asegura que el entrenamiento de estos modelos se realice bajo estrictos estándares de seguridad y soberanía digital.

¿Muy poco, muy tarde?

Durante años, Europa se ha destacado por su capacidad para regular las tecnologías emergentes. Sin embargo, esta tendencia ha sido criticada por algunos sectores que consideran que una excesiva burocracia puede limitar la innovación y retrasar el desarrollo de soluciones competitivas a nivel global.

Con OpenEuroLLM, la UE apuesta por cambiar este paradigma, fomentando un ecosistema de innovación que permita el desarrollo de tecnologías disruptivas sin renunciar a las salvaguardias necesarias para proteger los derechos fundamentales.

¿Lo logrará? Considerando la modesta inversión, el alcance del proyecto no parece estar a la altura de las grandes inversiones privadas en Asia y Norteamérica.

Con suerte el proyecto podría demostrar que es posible transformar los desafíos regulatorios en oportunidades de crecimiento.

Al promover la colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas, OpenEuroLLM podría generar un efecto multiplicador en la innovación y posicionar a Europa como “alguien” en la IA.

Europa no está jugando en la misma liga

Europa se enfrenta a una dura competencia en el ámbito de la IA, especialmente frente a potencias como Estados Unidos y China.

El reciente éxito de DeepSeek, un modelo de lenguaje abierto desarrollado en China, ha puesto de relieve la necesidad de que el continente refuerce su inversión en tecnologías disruptivas.

En este contexto, la inversión en iniciativas como OpenEuroLLM es al menos un paso para tratar de recuperar terreno en la carrera tecnológica global.

No obstante, la implementación de la AI Act implica que las empresas y desarrolladores deban operar en un entorno regulatorio complejo.

La clave para que proyectos como OpenEuroLLM prosperen será encontrar un equilibrio entre el cumplimiento de las normativas y la capacidad para innovar y adaptarse a un mercado global en constante evolución.