Seguro que te ha pasado: abres ChatGPT o Gemini con la ilusión de planificar tus próximas vacaciones en minutos. La promesa es tentadora, ¿verdad? Un itinerario personalizado en segundos, ahorrándote horas de búsqueda en foros y blogs. 

Y es cierto, la inteligencia artificial ha transformado la forma en que viajamos, pero como cualquier tecnología nueva, tiene una letra pequeña que a menudo pasamos por alto.

Aunque se estima que el uso de estas herramientas ahorra hasta un 80% del tiempo de planificación, no es oro todo lo que reluce. Un 7% de los viajeros que confían ciegamente en la IA para organizar sus escapadas acaban enfrentándose a problemas graves, desde reservas que nunca existieron hasta rutas que ponen en peligro su seguridad.

Vamos a desgranar qué puede salir mal y, lo más importante, cómo puedes evitar que un algoritmo arruine tu descanso.

¿Por qué se equivoca la IA? Entendiendo las «alucinaciones»

Para entender por qué tu asistente virtual puede fallar, primero hay que entender cómo «piensa». Las herramientas de IA generativa no son enciclopedias infalibles; funcionan prediciendo la siguiente palabra más probable en una frase. 

Esto da lugar a lo que en el sector llamamos alucinaciones: información que suena totalmente plausible y coherente, pero que es completamente falsa.

Imagina que preguntas por un restaurante con vistas en una ciudad específica. La IA puede inventarse un nombre que suena local, darle un horario y hasta inventar reseñas, simplemente porque estadísticamente esos datos suelen ir juntos, aunque el local no exista en la realidad.

Cuando la geografía falla: La Torre Eiffel en Pekín

Puede sonar a chiste, pero los errores geográficos son más comunes de lo que crees. Uno de los casos más sonados y representativos de estas «alucinaciones» factuales es el de la aplicación Layla AI, que llegó a sugerir un itinerario donde ubicaba la Torre Eiffel en Pekín.

Si bien un error de ese calibre es fácil de detectar para cualquiera, hay otros mucho más sutiles y peligrosos para tu bolsillo. 

Por ejemplo, es habitual que la IA sugiera atracciones turísticas que ya no existen, recomiende hoteles que llevan años cerrados o te proponga asistir a una «matiné nocturna» en Broadway, algo que sencillamente no ocurre.

El impacto de esto es directo: pérdida de dinero en reservas fraudulentas o imposibles y la frustración de llegar a un sitio y encontrarte la persiana bajada.

El caos logístico: Rutas que desafían la lógica

Si eres de los que le gusta exprimir el tiempo al máximo en sus viajes, presta atención. Uno de los fallos más frecuentes son las imprecisiones logísticas. La IA a menudo carece de sentido común espacial o contexto sobre el tráfico y las distancias reales.

Se han documentado casos en los que se sugieren «caminatas cortas» en ciudades como Portland que, en realidad, son travesías de varios kilómetros imposibles de realizar a pie en el tiempo estimado. 

O situaciones aún más confusas, como ocurrió con una funcionalidad de Tripadvisor basada en IA en Nueva York, que ubicó restaurantes en el lado equivocado de Central Park, obligando a los usuarios a desplazamientos innecesarios.

Este tipo de sugerencias ilógicas pueden convertir un día de relax en una carrera contra el reloj, generando un estrés innecesario y haciéndote perder un tiempo valioso cruzando la ciudad de un lado a otro sin sentido.

Riesgos físicos: Cuando el algoritmo ignora la seguridad

Aquí es donde el tema se pone serio. Un error en la ubicación de un restaurante es molesto, pero un error en una ruta de senderismo puede ser peligroso. La IA tiende a omitir advertencias críticas sobre accesibilidad, condiciones climáticas extremas o la seguridad de ciertas áreas.

Un ejemplo alarmante se ha visto en Perú. Al pedir recomendaciones de senderismo, algunas IAs han sugerido rutas sin tener en cuenta la elevación del terreno o la aclimatación necesaria para la altura, poniendo en riesgo real la salud de los viajeros

El algoritmo ve un sendero en un mapa, pero no «entiende» que subir a 4.000 metros sin preparación puede derivar en una emergencia médica.

Lo mismo ocurre con los safaris. Empresas expertas como Yellow Zebra Safaris han reportado que los itinerarios generados por IA a menudo incluyen solicitudes logísticamente imposibles o peligrosas en entornos de vida salvaje.

Tus datos en el punto de mira: Privacidad y ciberseguridad

Más allá del itinerario, hay una preocupación creciente que quizás no tengas en mente: ¿qué pasa con los datos que compartes? El 86% de los usuarios de IA en viajes confiesa estar preocupado por la seguridad de su información. Y no les falta razón.

Los ciberdelincuentes están aprovechando este auge. Se ha detectado un aumento del 25% en ataques desde 2024, y grupos organizados, conocidos como Revenge Hotels, están utilizando bots falsos para realizar phishing en las reservas.

El problema es que, al interactuar con estos chatbots para planificar, a veces compartimos demasiada información sensible sin darnos cuenta. De hecho, aunque en España el 56% de los viajeros ya usa estas herramientas, un rotundo 87% reclama más inversión en seguridad para sentirse tranquilo.

Consejos para planificar con IA sin sorpresas

En ComunicaGenia no queremos que te asustes y dejes de usar la tecnología. Al contrario, la IA es una herramienta fantástica si se usa con cabeza. La clave está en no dejarla al volante, sino usarla como copiloto. Aquí tienes algunas claves para mitigar los riesgos:

  • Verificación manual obligatoria: Aunque herramientas como ChatGPT o Gemini han mejorado su precisión (entre un 85-95% en datos comunes), siempre debes contrastar la información. Si la IA te recomienda un hotel o un horario de museo, entra en la web oficial y confírmalo.
  • Sé específico con tus «prompts»: Los expertos recomiendan dar instrucciones muy detalladas. No pidas solo «un viaje a Roma». Especifica si tienes problemas de movilidad, restricciones dietéticas o si viajas con niños, ya que la IA tiende a dar recomendaciones genéricas y sesgadas si no se le guía.
  • Cuidado con los enlaces: Evita hacer reservas directamente a través de enlaces generados por chatbots desconocidos o no verificados para evitar el robo de identidad o fraudes.

En resumen, la inteligencia artificial puede acelerar tu planificación y descubrirte joyas ocultas, pero la supervisión humana sigue siendo insustituible. Como indican las tendencias de 2025, el 81% de los usuarios ya opta por verificar manualmente cada dato. Únete a ese grupo y disfruta de la tecnología sin que ella decida por ti.