¿Sabéis una cosa? El 83% de los usuarios españoles utilizan su móvil antes que su ordenador para conectarse a Internet. Esto supone un cambio de hábitos bastante grande, y como siempre, hay que adaptarse al ritmo que va cogiendo la sociedad. Ya dijimos en la entrada anterior que en un solo año se ha aumentado en un millón el número de personas que se conectan habitualmente a Internet. Por eso es necesario que nuestra empresa esté presente en la red. Disponer de una página web para darse a conocer y para fidelizar a los que ya nos conocen es fundamental hoy en día. Sin embargo, teniendo en cuenta el dato del primer párrafo, ya no solo basta con tener un sitio web, sino que se necesita una adaptación del mismo para smartphones, es decir, una web app.
¿Qué es una Web App?
No es más que una versión de una página web a la que se puede acceder desde el navegador de cualquier teléfono, da igual qué sistema operativo utilice. La principal ventaja de la web app es la adaptación a cualquier dispositivo que cuente con un navegador móvil como Chrome o Safari. El contenido que se muestra en la pantalla es el mismo que veríamos si estuviésemos en un ordenador, pero con un diseño optimizado para que el usuario pueda navegar fácilmente por la página y se puedan manejar todos los botones con la tecnología táctil.
Otro de sus puntos fuertes es que no ocupa espacio en la memoria del teléfono, ya que no es necesario que descarguemos nada desde las Stores, es gratis para los usuarios. Tampoco hacen falta actualizaciones, porque siempre aparecerá la última versión de la web. Y, además, el consumo de recursos del aparato es el mínimo, puesto que no se trata de una app nativa. (enlazar con el botón de Aplicaciones móviles)
¿Una app nativa?
Sí. Son las que necesitamos descargarnos desde la App Store o desde Google Play, como por ejemplo Whatsapp. Este tipo de aplicaciones cuentan con algunas ventajas más que las web app. Permiten mostrar notificaciones en el teléfono móvil, por lo que se pueden lanzar mensajes atractivos o promociones a través de ellas y llamar la atención del usuario (una vez que la tiene instalada en su terminal, claro). Pueden funcionar sin necesidad de estar conectado a Internet y acceden a las características del dispositivo como, por ejemplo, la galería de fotos o la ubicación sin tener que salir de ella.
¿Y cuál elegir para nuestra empresa?
¡Las dos! Una web app siempre es necesaria si se dispone de una página web. Y la app nativa puede ser una gran aliada para tramitar pedidos de clientes o incluso para dinamizar la actividad añadiendo juegos o concursos, de esta forma el usuario se sentirá más conectado a nuestra marca. Tanto los pros como los contras de las dos opciones se complementan. Por lo tanto, para que cualquier persona conecte con nosotros, lo mejor es la combinación de ambas.
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